Jacinto "El Chueco" Perazzo

Para remontarnos a los tiempos en que en Rosario Central empezaba a recibir el mote de la Academia, vamos a tomar como referente a uno de los mejores jugadores de aquel entonces, el primer Chueco que vistió la camiseta amarilla y azul: Jacinto Perazzo.

El Chueco Perazzo vistió la auriazul desde el año 1915 y hasta 1919, tiempo que se transformó en uno de los más brillante a nivel deportivo del club, por aquel entonces. El amor por la camiseta de los jugadores era totalmente diferente al actual, la plata no era primordial y las cuestiones de honor y orgullo estaban a flor de piel.

El Chueco contó: «Es cierto que en aquellos tiempos no había fútbol rentado y que los jugadores no recibíamos las grandes recompensas que tienen en la actualidad. Pero entonces, un triunfo sobre Newell’s Old Boys, por ejemplo, nos proporcionaba una satisfacción tan grande que no sería compensado con el mejor de los premios en efectivo del presente»

Rosario Central gozó con los servicios de Perazzo durante años que marcarían la vida de la institución, ya que en aquellos tiempos nacería también el apodo de «Academia» para el club de Rosario.

Central fue bautizado así, tras llevarse a sus vitrinas los torneos de la Liga Rosarina de Fútbol de 1914, 1915, 1916, 1917 y 1919. Eso no sería todo, sino que además de dar cátedra con su fútbol, con excepción del campeonato de 1917, todos los trofeos fueron obtenidos de manera invicta, lo que marca aún más el argumento de porque se llamó Academia a la institución de Arroyito.

CAMPAÑA DE 1915: Primer campeón argentino de Rosario

En el campeonato «Vila» de la Liga Rosarina de Fútbol correspondiente al año 1915, el equipo superior de Rosario Central sufrió solamente cuatro goles en contra, mientras que conquistó una cifra récord de 104 tantos a favor lo que deja establecida por una parte la eficiencia de su línea de ataque y por la otra la magnífica potencialidad de su defensa.

Rosario Central: 10 – G. y Esgrima: 0

Rosario Central: G.P – G. y Esgrima: P.P.

Rosario Central: 2 – Belgrano: 2

Rosario Central: 9 – Belgrano: 0

Rosario Central: 0 – Rosario Atlético: 0

Rosario Central: 6 – Rosario Atlético: 0

Rosario Central: 5 – Tiro Federal: 0

Rosario Central: 3 – Tiro Federal: 0

Rosario Central: 3 – Central Córdoba: 0

Rosario Central: 4 – Central Córdoba: 2

Rosario Central: 6 – Newell’s Old Boys: 0

Rosario Central: 6 – Newell’s Old Boys: 0

Rosario Central: 2 – Nacional: 0

Rosario Central: 11 – Nacional: 0

Rosario Central: 5 – Sparta: 0

Rosario Central: 3 – Sparta: 0

Rosario Central: 6 – Provincial: 0

Rosario Central: 2 – Provincial: 0

Rosario Central: 9 – Atlantic Sportsman: 0

Rosario Central: 12 – Atlantic Sportsman: 0

Solamente en dos partidos fue vencida la valla de Rosario Central. En la primera rueda en dos oportunidades con Belgrano en un match que resultó empatado y en la segunda cuando derrotó a Central Córdoba por 4 a 2.

Esa misma escuadra, campeona rosarina de 1915 disputó el título de campeón argentino frente a Racing Club de Avellaneda (campeón de Buenos Aires) por la Copa «Dr. Carlos Ibarguren».

Los partidos entre las dos Academias eran muy esperados por el ambiente del fútbol y ya se habían enfrentado en la final de esta misma copa, llamada comúnmente también Copa Argentina porque en ella se unificaban los torneos porteños con los rosarinos, el año anterior, 1914. En esa ocasión fue Racing quien se llevaría los lauros a nivel nacional al vencer a Central por 1 a 0.

En la final de 1915 la historia fue otra, y fue la academia rosarina la que dio cátedra y se coronó como campeona argentina al vencer en el alargue por 3 a 1 a Racing. Aquel famoso equipo formó: Moyano, Z. Díaz y Rota; Rogotti, E. Blanco y Perazzo; Barbieri, A. Blanco, Laiolo, E. Hayes y Woodward.

Ambas academias se vieron las caras nuevamente en las finales de la Copa Ibarguren de los dos años subsiguientes, 1916 y 1917, en los cuales Racing salió victorioso. De esa manera, ambas academias demostraron en aquellos años de mediados de la década del ’10 que eran los mejores de la Argentina.

REFERENCIAS:

  • Revista Cincuentenario (ver link).
  • Matias Agustin Casielles, página «canalla.com» (ver link).